En uno de los países más pobres del mundo (puesto 182 de 189 en el índice de desarrollo humano en 2019), en menos de 2 años más de 1 millón de personas se han visto obligados a desplazarse de sus comunidades: siendo esta es una de las crisis humanitarias de más rápido crecimiento en el mundo. Casi una quinta parte de la población nacional ahora necesita asistencia humanitaria. El conflicto ha exacerbado la vulnerabilidad crónica.
Actualmente, debido al flujo de desplazados internos y refugiados, el número de habitantes de las comunidades de acogida ha aumentado considerablemente, lo que repercute notablemente en la presión sobre los puntos de agua, que ya era escasa y deficiente antes de la crisis. Esta competencia por el agua crea tensiones entre las comunidades de acogida y los recién llegados, generando a veces conflictos o rechazos a que estos últimos se asienten en sus comunidades.
En las comunidades observadas por PSF en la región mencionada y en riesgo de conflicto por la escasez y la repartición del agua, se han observado un numero importantes de pozos profundos (sondeos) sin poderse utilizarse (generalmente avería de las bombas manuales de extracción). Es por ello, que para aumentar la ratio de pozos en la comunidad y poder suministrar agua segura a esta población desplazada, se propone la rehabilitación de pozos como los mencionados, ya que con menos inversión puede obtenerse un impacto muy importante.
PSF, en colaboración con el Exmo. Ayto. de Málaga, ha reahabilitado 4 pozos dotados con bombas manuales de extracción en 4 comunidades de esta región. La elección de esta metodología de restauración de pozos existentes frente a la perforación de sondes nuevos responde a varios criterios observados en anteriores intervenciones en la zona:
• Viabilidad económica: el precio de la rehabilitación puede ser de un tercio o hasta un cuarto del importe de un sondeo nuevo.
• Eficiencia de los recursos: la rehabilitación alarga la vida útil de las infraestructuras, por lo que amortiza en mayor medida los esfuerzas realizados anteriormente en ese pozo.
• Efecto social: los pozos rehabilitados muestran a la población local (y a sus autoridades) el valor de las obras realizadas anteriormente, aunque actualmente no funcionen, por lo que fomenta su cuidado.
• Formación: la rehabilitación acerca técnicas sencillas a la población, enfatizando y reforzando la importancia de su mantenimiento (fácilmente replicables).
• Política acordada por el propio gobierno local: prioridad a la rehabilitación, indicando de perforar solo en sitios sin otros recursos ya existentes.
• Las obras creadas ya están socialmente aceptadas por la comunidad (no hay, por ejemplo, disputas de terrenos y custodia); además ya suelen tener un comité de gestión con los que poder trabajar para su dinamización.
• Mayor respeto medioambiental por el acuífero.
Los puntos de agua se complementan con la formación/dinamización de los comités de gestión de los puntos de agua, con especial atención al papel de la mujer. La participación de la población local es fundamental para el resultado esperado: la implicación es base fundamental para la apropiación.
Impacto:
• Formación en higiene esencial a beneficiarios de puntos de agua.
• Empoderamiento de mujeres en nuevos comités de gestión de puntos de agua.
• Reducción de enfermedades relacionadas con la calidad/cantidad de agua potable para consumo e higiene personal de desplazados y poblaciones de acogida.
• Reducción de las tensiones conflictivas provocadas por la presión que las poblaciones
desplazadas ejercen sobre los escasos recursos hídricos de las poblaciones de acogida.
• Facilitar la gestión de los puntos de agua en tránsito hacia la normalización tras la crisis (desarrollo).
• Identificar y cuantificar, entre las localidades beneficiarias, las necesidades de
infraestructura de saneamiento básico para el desarrollo de una segunda fase del proyecto.
El proyecto ha tenido un presupuesto de 33.540 €, financiado en su mayoría por el Exmo. Ayto. de Málaga.