Pozos sin Fronteras es una ONGD, esto es: Organización No Gubernamental para el Desarrollo. Esa D de ‘desarrollo’ implica un paso más en nuestros fines.

Dentro de nuestra ética, consideramos fundamental el fomento del desarrollo de los pueblos: siempre a través del acceso a condiciones de salubridad dignas, saneamiento adecuado, explotación sostenible y responsable de sus recursos, mantenimiento de la paz social… en definitiva, los ingredientes que permiten que una comunidad pueda desarrollarse por sí misma de manera estable.

Así, el espíritu de una ONGD como Pozos sin Fronteras va más allá de aportar meras limosnas que solventen necesidades puntuales. Vamos al origen: buscamos aportar los instrumentos necesarios para ayudar a trazar un porvenir en las distintas comunidades y poblaciones en las que actuamos. Nosotros cooperamos, pero ellos son dueños de su futuro.

Nuestro éxito es conseguir que las personas sean protagonistas de sus propios procesos y construyan colectivamente sus propuestas. Los valores del respeto, el entendimiento, el diálogo y la empatía son fundamentales para cimentar una buena base para el desarrollo de las comunidades.

En todo el proceso es significativamente relevante el papel de la llamada contraparte local, una organización homóloga con sede en el destino que nos sirve de puente para llevar a cabo con garantías nuestros esfuerzos humanitarios y facilita sobremanera la interlocución.

Nuestro compromiso internacional obedece a la convicción de que somos ciudadanos de un espacio global; por ello creemos que las crisis humanitarias, las hambrunas, las necesidades de cualquier pueblo deben suponer una llamada a la cooperación, especialmente por parte de quienes viven en el llamado primer mundo. Una ONGD debe canalizar esa solidaridad para hacerla efectiva en la raíz de la problemática y sembrar soluciones en origen. En definitiva, Pozos sin Fronteras acerca el agua a las personas y las forman para que sean las personas quienes las sepan administrar con autonomía, espíritu de superación y sostenibilidad. Lo que viene a llamarse, precisamente, desarrollo.

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